25 de febrero de 2014

BOCADILLO DE CORAZONES

SI SI SI, habéis leído bien, bocadillo de corazones (de pollo).
En Ceuta (de donde soy) y Melilla son de lo más normales, en bocadillos, tapas,... de varias formas y están bueniiisiiimossss. Normalmente, cuando alguien que los conoce los nombra, el resto pone cada cara de asco indescriptibles seguidos del comentario: "¿corazones?, ¿de vaca?, ¡¡¡¡¿de pollo? !!!!, ¡¡¡que asco!!!, ¿eso está bueno?, si eso se tira, eso se le echa a los animales, ¿a qué puede saber eso?, que tacto más raro tiene que tener ... y bueno más comentarios, pero estos son los de siempre.
Pues bien, al igual que fuera de esas ciudades suenan asquerosos los corazones, a nosotros nos pasa con la sangre, sesos, riñones,... que como no son habituales suena un poco buajjjj, pero supongo que es como todo, si están bien cocinados estarán buenos y los corazones están de muerte. Creo que aún no conozco a nadie de los que no son caballas que después de mucho batallar con que eso no lo come ni en broma lo probase y no repitiese.
Son súper fáciles de hacer y si no estás en esas ciudades donde cualquier carnicería los tiene, puedes ir a una carnicería de barrio y pedirle que os los pidan a quien les suministra el pollo, eso hice yo aquí en Calatayud.




Solo hay que coger los corazoncitos y quitarles la parte de arriba de grasilla, hacerles un corte transversal para abrirlos por la mitad como si fuese un libro abierto y especiarlos, ¿con que?, pues con especias de pinchitos morunos (de la buena, si no no tiene gracia), un poco de sal, ajo, cebolla y perejil picaditos menudos y un buen chorreón de aceite de oliva virgen, se mueven bien y se dejan macerar de un día para otro para que cojan bien los sabores.
A la hora de hacerlos yo los pongo a la plancha o pinchados en palillos como si fuesen pinchitos. Los hago solos, acompañados de patatas fritas, como pinchitos en la barbacoa o en bocadillo aunque solo es poner la imaginación a funcionar.

En esta ocasión fue un súper bocata de corazones ya que hacía mucho que no comía uno.

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